Costa Rosa

Costa Rosa surge como una respuesta fresca y consciente al imaginario tradicional de los mariscos. El proyecto busca transformar un lenguaje visual y verbal comúnmente asociado con lo rústico y lo informal, proponiendo en su lugar una narrativa más sofisticada, cálida y atemporal.

El reto fue construir una identidad que mantuviera la accesibilidad y cercanía de una marisquería, pero desde una mirada más pulida, evocadora y serena. Costa Rosa no solo ofrece una experiencia culinaria, sino un momento de pausa y disfrute, como si el tiempo se suspendiera al borde del mar al caer la tarde.

Inspirados en la calma de un atardecer y la belleza simple del océano, desarrollamos un universo visual donde la elegancia se siente sin esfuerzo. La marca se articula a través de una tipografía refinada, una paleta cálida y positiva, y un sistema gráfico que invita al descanso, al placer y a la conexión.

El logotipo, compuesto por líneas suaves y proporciones equilibradas, refleja esa intención: capturar la gracia natural de lo simple. El ícono, una abstracción entre el sol y el horizonte marino, funciona como un símbolo poético de lo que significa Costa Rosa: un lugar donde el tiempo se diluye, la comida reconforta y la experiencia deja huella.

Las composiciones visuales se construyen desde la superposición de capas, texturas e imágenes que apelan a los sentidos, siempre acompañadas por una tipografía pensada para comunicar con claridad, pero también con emoción.

Costa Rosa es, en esencia, una invitación a vivir el mar desde otra perspectiva.